Desde la creación de los relojes y sus complejos mecanismos, los ingenieros y diseñadores no han dejado de desarrollar nuevas formas de hacerlos más precisos o dotarlos de funciones más avanzadas. Una de las primeras innovaciones fueron los indicadores de fecha, que, al indicar el día del mes y más tarde el propio mes, se convirtieron en una de las complicaciones incorporadas más comunes del mecanismo.
Los relojes con indicador de fecha son muy deseados por los usuarios. En primer lugar, permiten visualizar la fecha, lo que muy a menudo resulta útil en diversas situaciones. En segundo lugar, los indicadores de fecha más complicados, especialmente en los relojes de cuerda manual o automática, añaden una complicación adicional al mecanismo que demuestra la cantidad de trabajo realizado por el relojero, ya que el mayor número de componentes del reloj implica al mismo tiempo un diseño mucho más pensado y refinado y la atención a los detalles más pequeños. En tercer lugar, en algunos modelos, las agujas de la fecha son un elemento importante que afecta a la apariencia del reloj.